domingo, 13 de noviembre de 2011

Anoche soñé que volvía a Manderley...

Como en la escena que marca el comienzo de Rebecca, de vez en cuando nos vemos dentro de un sueño intentando vislumbrar entre los árboles, bajo la tenue luz de la Luna, recuerdos de un pasado que fue casi siempre mucho mejor. El subconsciente es cruelmente capaz de rescatar del repositorio de imágenes la mejor versión de uno mismo, y no duda en engañar al sujeto a poco que se duerma para tomar el mando y proyectar la versión ideal, sabiendo que terminará despertando para encajar la irremediable bofetada de realidad.

No es necesario que haya corrido mucho tiempo, ni tan sólo doce meses, para que entre una y otra fotografía mental se produzca esa radical ruptura. Así, para los que hubieran visto el partido del CR Majadahonda en Granada de hace unos meses, la sensación de solidez defensiva, orden de juego e inagotable voluntad ganadora serían protagonistas principales de la imagen archivada, entremezclados con elementos fantásticos como la débil nevada caída en ese día de invierno. Ayer se hubieran despertado con otra visión bien distinta, y es que puestos a darle la vuelta a la moneda hasta hacía calor... un pésimo remake de una obra maestra.

Pero a buen seguro fue todavía más doloroso para el que cruzando la verja, tras caminar por el sendero tortuoso que conduce a la mansión, una vez que las nubes y la Luna dejaron de jugar al escondite, se dió cuenta de que Manderley había ardido y no quedaban más que las ruinas tras el incendio.

martes, 1 de noviembre de 2011

Falta de respeto

Nadie tenía muy claro antes de viajar a Málaga lo que podía esperarse del rival. Tras un periodo de cuatro años donde ambos clubes vivieron a varias categorías de distancia, con el UMA instalado en División de Honor B hasta que por motivos extradeportivos tuvo que rehacerse desde la regional, de nuevo tocaba medir fuerzas en la Primera Nacional. Inicios dubitativos y dudosos en los primeros partidos, saldados en ambos lados con victoria casera y derrota a domicilio. No mucho que analizar al fin y al cabo ni muchas pistas que escudriñar del lado rival...

Sí era mucho más importante volver la vista hacia el propio equipo, incidir en los desencadenantes de la mala actuación de la semana anterior en Orcasitas. Un buen trabajo de autocrítica contenida donde se asumió una pobre labor a la hora de tomar, no ya el mando del partido, sino decisiones adecuadas ante situaciones adversas. Toque de humildad en los planteamientos de juego, reenfocados en el orden defensivo y ese esquema ofensivo que tanto nos cuesta en cuanto las estructuras de apoyo se tambalean por el desorden del juego real vs el entrenamiento. Y por supuesto, las fases estáticas donde tanto naufragó el equipo la semana anterior... Preocupaba, por qué no admitirlo, el número de bajas acentuadas por el desplazamiento a casi 600km de casa. Algún jugador clave perdido por los motivos más variopintos (y arbitrarios), suplido con algún préstamo desde el segundo equipo que convenientemente disfrutaba de jornada de descanso. Gracias Piti, Miner y Alex.

Lo que a nadie había podido prever ni anticipar era el tercer agente del partido. Un imberbe enviado por el Comité Nacional de Árbitros (CNA) para su propio disfrute y masturbación mental. Un niño de 18 años que hasta la fecha únicamente ha podido desarrollar su labor arbitral en categorías inferiores, sin capacidad actual alguna para dirigir un encuentro de esta categoría (ni probablemente de una Primera Regional en Madrid). Un pobre chaval al que el miedo convirtió en un timorato pelele que desplegó todo tipo de decisiones incomprensibles y que regaló a los locales no menos que dos ensayos y una superioridad de diez minutos. Un infante enviado a juzgar la contienda sin la formación necesaria.


Su designación es toda una falta de respeto a los jugadores de ambos equipos, a los clubes que representan y a la competición donde juegan. Francamente, es bien jodido asumir el egoísmo del CNA al que parece preocuparle únicamente su futuro beneficio en lugar de atender las necesidades de la competición y sus participantes. Filtrar los árbitros aspirantes por su edad, en búsqueda de jóvenes (o en este caso infantiles) promesas que algún día puedan ser árbitros internacionales, y lanzarlos a la competición sin cerciorarse de su capacidad para algo tan complejo como es arbitrar, o es retorcido o es imprudente. Es torticero si se es consciente pero aun así se prefiere el bien propio que el ajeno. Y es necio si ni siquiera se les ha evaluado antes de designarlos. Por no hablar de los árbitros rechazados por que su DNI está caducado y tienen que tragar viendo semejante injusticia y ejercicio de marginación, aun siendo inmensos en la conducción y lectura de partido.

No obstante, lo más positivo llegó en la reacción, madura y constructiva, del equipo majariego al constatar la calamidad con la que le tocó lidiar... Lejos de enzarzarse en reclamaciones y victimismo, surgieron suficientes voces de coherencia apelando al pragmatismo y concentrando fuerzas en dominar la posesión del balón como remedio a la lotería del silbato. Se recondujo el juego hacia las pautas de trabajo que más interesan, se confió en el plan de juego y en la buena preparación física. Se optó por la apuesta del juego limpio y la confianza en el propio equipo. Faltó poco, se remontó en el marcador hasta por lo menos arañar un punto bonus defensivo que mitigó una derrota, no se sabe si justa o no porque la justicia decidió tomarse el partido de broma.

Como tampoco se sabe si el director del CNA, sentado en la grada, se marcharía de Teatinos consciente o no de haber faltado al respeto a ambos equipos. Cuando se le preguntó, se limitó a mentir, que es mucho más fácil. Luego piden respeto, claro.